La aparición de organizaciones locales, nacionales e internacionales dedicadas a salvar y conservar el patrimonio moderno -incluidas las fundaciones de artistas consagrados y diversos grupos artísticos- impulsó los esfuerzos de conservación de obras demasiado fáciles de replicar y a menudo falsificadas, una alegoría de la modernidad tardía.
Estas obras e instalaciones digitales suponen una ruptura filosófica con la idea de una identidad nacional surgida de la conservación del patrimonio moderno venezolano.